El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha
Miguel de Cervantes Saavedra
Segunda parte.- Capítulo septuagésimo
Que sigue al de sesenta y nueve y trata de cosas no escusadas para la claridad de esta historia
Se nos va a referir cómo el bachiller Sansón Carrasco habló con los duques cuando viajaba buscando a don Quijote y Sancho Panza, y cómo quedó en volver y darles noticias del encuentro o el resultado de la búsqueda. El bachiller estaba decidido a desafiarlo nuevamente, esta vez vestido como el Caballero de la Blanca Luna, derrotarlo y obligarle a volver a su casa por espacio de un año para ver si se curaba de su locura.
Y así ocurrió que el bachiller encontró a don Quijote, lo derrotó y, ya de vuelta, dio parte a los duques de todo lo ocurrido, y los duques –que disfrutaban burlándose del caballero y su escudero- urdieron nuevas bromas, como la de Altisidora muerta y resucitada merced a los golpes y puyazos que tuvo que sufrir Sancho Panza.
A estas alturas del relato ya no se sabe bien quién de todos está más loco, y la obsesión de los duques de pasar el tiempo en entretenimientos como estos despierta en el lector cierta animadversión contra ellos; el mismo Cervantes, consciente de ello, hace la misma reflexión por boca del moro Hamete Benengeli que es, como ya se sabe, el nombre encriptado de Miguel de Cervantes, escribiendo lo que sigue: “… que tiene para sí ser tan locos los burladores como los burlados y que no estaban los duques a dos dedos de parecer tontos, pues tanto ahínco ponían en burlarse de dos tontos.” Sigue leyendo