Almagro, Festival Internacional de Teatro Clásico 2014

Miguel de Cervantes: El coloquio de los perros
Lope de Vega: El caballero de Olmendo
Chema Cardeña: La puta enamorada

1.- El coloquio de los perros, de Miguel de Cervantes, en la versión y dirección de Ma Zhenghong y Alejandro González Puche puesta en escena por Laboratorio Escénico Univalle de Colombia.
Miguel de Cervantes siempre aspiró al reconocimiento y el éxito en el teatro. Para ello trabajó con ahínco y pulcritud, pero el teatro del Siglo de Oro estaba reservado a la gloria del verso y la genialidad de Lope de Vega. La suerte literaria de Cervantes se libró en la prosa. Tampoco la poesía fue su destino, y con el Quijote alcanzó –definitivamente- un lugar en la cumbre de la Literatura Universal.
Esta obra de teatro no es tal, ya que se trata de una de las denominadas novelas ejemplares. Pero tras la versión llevada a cabo por Ma Zhenghong y Alejandro González Puche, ya no es una novela ejemplar, sino toda una gran obra de teatro. Cervantes estaría tan contento como sorprendido si pudiera ser testigo de ello.
El argumento trata de dos perros que, por una noche, consiguen hablar. Contándose sus andanzas y experiencias perrunas aprovechan, en la pluma cervantina, para repasar personajes y costumbres con un sentido crítico acerado y un sentido del humor ácido. La condición humana se muestra al desnudo descubriéndonos hipocresías, contradicciones y egoismos que nos colocan, como especie, por debajo de la condición que llamamos animal, como es el caso de los pastores que acusan al lobo de las ferocidades y ataques al rebaño que ellos, con astucia y engaños, llevan a cabo. Esta actitud es cosa que desconcierta al perro encargado de guardar las ovejas y que acabará recibiendo el castigo del amo que piensa en su descuido y falta de celo para defenderlas.
Con esa inclinación de Cervantes hacia el mundo de la locura, cuya exposición máxima será el Quijote, presente en otras obras como El Licenciado Vidriera, en este Coloquio de los perros hará transcurrir la acción en un manicomio. Será un loco que que, asombrado, advierta de las conversaciones nocturnas de los canes, y lo cuente. En la institución mental, junto al guardián, Cervantes situará a un escritor, un matemático y un científico, compartiendo el destino que la sociedad les adjudica junto a los perros. Tan peligrosos parecen.
Con un lenguaje que transita del de el Siglo de Oro al español actual, con las particularidades expresivas regionales, el Laboratorio Univalle de Colombia arma esta obra de teatro, aprovechando las críticas de Cervantes para traducirlas con acierto a los problemas actuales, de los que no escapan el racismo o el problema de la injusticia y la igualdad. Se plantan en escena poniendo, inicialmente, de manera muy formal, académica y acartonada a Cervantes; pero no les suena a Cervantes esa forma huera, vacía, de pura apariencia en la que los gestos y las palabras van cada uno por su lado, y se lanzan, entonces, a esta búsqueda de lo más profundo, actual y comprometido del espíritu cervantino, con el resultado de un excelente trabajo, ágil, dinámico, coherente, vivo y descarnadamente presente entre los males que afligen a nuestras sociedades.
Todo el reparto, en la labor de equipo de los siete actores que dan vida a los distintos personajes, brilla a gran altura en el ameno juego de escena.
Sigmund Freud conoció este texto, y sospecho que el resto de la obra cervantina, y –según leo en el programa de mano- lo consideró un modelo excepcional de la relación entre el terapeuta y el paciente. Y es que, Cervantes, bien sabía que había mucho que curar en el alma humana. Y en esas seguimos.
Sigue leyendo →