Desde el acero noble de tu espada
quien fuiste antes Alonso que Quijote
con Rocinante al paso o bien al trote
persigues sueños de una edad dorada.
Si supiste poner nombre a tu amada
y darle con tu amor el alma en dote,
¿por qué olvidar poner del arma el mote
que dio a tu apodo fama consagrada?
Yo sé bien que Filona armó tu brazo
y tu valor; venciste al vizcaíno
con fortuna y la gloria fue tu abrazo.
Y aún Fielfilona fuiste cuando el vino
sangraste de aquel odre, gigantazo
encantado en la venta del camino.
González Alonso